¿Te imaginas ser juzgado por una persona a la que nunca podrás ver, ni conocer su nombre, trayectoria o rostro? Esta figura -los llamados “jueces sin rostro”- será una realidad en México tras su inclusión en la reforma judicial de 2024. Aunque se plantea como una medida para proteger a impartidores de justicia en casos de delincuencia organizada, especialistas advierten que su implementación podría abrir la puerta a violaciones de derechos humanos y a un sistema aún más opaco. En esta pieza, te contamos qué significa, a quiénes afecta y por qué ya hay voces que la comparan con regímenes autoritarios